Relación entre poder político y la influencia de la cirugía estética
La apariencia física y la estética personal ha sucumbido también al mundo de la política. Tal es así, que un estudio de 1991 demostró que las mujeres políticas que se ayudan de los fotógrafos y los artistas del maquillaje de Hollywood tienen 30% más probabilidades de ganar las elecciones, simplemente por sólo arreglarse las cejas, usar ciertas blusas de colores, y el hecho de sonreír.
Pero esta premisa no sólo afecta a las candidatas electorales. Un claro ejemplo de que la estética es importante, es la notable evolución que han sufrido algunas primeras damas o reinas consortes como Michelle Obama o Doña Letizia. Ambas han sabido reinventarse a sí mismas convirtiéndose en centro de todas las miradas por su constantes tratamientos estéticos y su estilo propio a la hora de vestir.
Lejos de ser “mujeres florero” han centrado su éxito en estar siempre a punto a base de bisturí. El último ejemplo de que el aspecto físico influye en las percepciones del electorado es el de la primera dama de Estados Unidos, Melania Trump.
La esposa del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene un cutis brillante y significativamente sin arrugas para la edad que tiene. La ex modelo, a sus 46 años, además de tener un buen equipo de estilistas y maquilladores, se ha sometido a tratamientos de vitaminas, de ácido hialurónico y de skinboosters, muy de moda entre las actrices de Hollywood.
Lo que corrobora que en las dos últimas décadas, las mujeres han irrumpido en la estructura del poder, a la vez que la cirugía plástica se ha convertido en la especialidad médica de más rápido
desarrollo e incremento económico.
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Jesica Equísoain
Etiquetas: belleza, beyourself, cirugía plástica, estética, hollywood, política
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