Factor de crecimiento epidérmico: piel más joven sin agujas ni efectos secundarios
El envejecimiento de la piel es algo que no podemos evitar. El paso del tiempo hace mella en nuestro cutis, haciéndose visible a través de las arrugas y marcas de expresión. El sector cosmético sabe de la importancia que tiene para las mujeres sentirnos jóvenes y se ha puesto manos a la obra para conseguir antídotos para tal objetivo. Así, cada vez recurre más al conocido como factor de crecimiento epidérmico (EGF). Un principio activo de regeneración celular que se encuentra en el plasma sanguíneo de nuestro cuerpo. Según las últimas investigaciones en biología celular y molecular, su eficacia es notable desde la primera sesión, sin agujas ni efectos secundarios.
Estas proteínas extraídas de nuestra sangre tienen la capacidad de estimular la producción de nuevo tejido epidérmico u óseo. Asimismo, potencia la creación de colágeno y elastina que es lo que hace que la piel se vea tersa y nutrida.
En definitiva, se trata de una sustancia que, gracias a su función de activación celular, es muy utilizada en cosméticos y medicina estética. No solo como una fórmula antienvejecimiento sino también como reparador y cicatrizante de heridas y quemaduras.
¿En qué productos encontramos el Factor de Crecimiento epidérmico y cuál es su uso?
Este principio activo lo encontramos tanto en cremas como en sérum. También en productos para la caída del cabello, ya que ayuda a estimular las células del bulbo piloso. El EGF está recomendado para pieles secas y maduras, debido a sus propiedades regeneradoras. En cuanto a su aplicación, es más afectivo si se utiliza por la noche.
Jesica Equísoain
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